Unas 950.000 personas cobran cada mes en nuestro país una pensión de incapacidad permanente. Todas ellas han tenido que pasar por una serie de trámites para percibirlas y cumplir diferentes requisitos. El cobro de una pensión de este tipo no tiene por qué ser eterno: de hecho, si sus beneficiarios incurren en algún tipo de incumplimiento pueden perder la prestación.