Casi un año y medio después de su aprobación, el debate sobre el impacto de la reforma laboral en la economía española sigue abierto. ¿Ha contribuido realmente a la creación de nuevos puestos de trabajo? ¿Y tiene margen para seguir haciéndolo? Hasta ahora, el Gobierno había defendido en bloque que la nueva norma conlleva una transformación estructural del mercado laboral que impulsará a medio y largo plazo el empleo. Pero las últimas estimaciones remitidas por el Ministerio de Asuntos Económicos a Bruselas apuntan a que este efecto en términos de incremento de la ocupación ya habría tocado techo en su primer ejercicio en vigor.