Los mercados de bonos y acciones llevan años mostrando una correlación negativa que ha permitido a los inversores encontrar refugio con cierta facilidad durante las turbulencias y conseguir un retorno importante durante los ciclos expansivos. Ahora que la inflación parece haber llegado para quedarse, los inversores debería revisar su estrategia: encontrar refugio en un temporal de inflación puede ser una tarea más compleja que en el pasado, asegura Nouriel Roubini, profesor de Finanzas de la Universidad de Nueva York.