Hace unos días contamos que la cervecera Heineken anunció que el Gobierno ruso aprobó la venta de todas sus operaciones en el país al grupo industrial local Arnest a cambio de un precio de compra simbólico de 1 euro por el 100% de las acciones. De esta forma, cabe preguntarnos ¿por qué la compañía hace este negocio en donde aparentemente pierde 300 millones?