Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre del año pasado confirman que el potencial de la economía española para crear empleo se ha desinflado, con el menor ritmo de creación de empleo desde 2013 y el menor descenso del paro desde 2012. Y esto pone el foco en el efecto de la reforma laboral. Una norma diseñada para elevar la contratación indefinida, pero cuyos efectos en la ocupación y el paro parecen mucho más modestos. De hecho, en el cuarto trimestre solo se creó empleo en el sector público, en el que apenas se aplica.