El mercado inmobiliario cerró 2021 como uno de los sectores menos perjudicados por la pandemia. Los precios, que apenas se vieron afectados, y el ahorro al que abocó el confinamiento en 2020, en máximos, ha elevado en 15.000 euros el presupuesto de compra de vivienda. Un cóctel perfecto, al que hay que sumar la inflación, que ha contribuido a reducir de la brecha entre vendedores y compradores a niveles de 2011.